* I love your fucking country!”: Flea

En medio de olas luminosas, formadas a capricho desde el techo de cobre hasta la cabellera de miles que, en la pista, simulaban la mar frente al escenario, Red Hot Chili Peppers probó su destreza para ofrecer una noche de funk/rock llena de adrenalina; en la que también, tras un homenaje visual a los rescatistas y víctimas del sismo del 19 de septiembre, el inmueble se cimbró con el grito eufórico: “¡México, México!”……

“Tenemos todo el amor por ti México, siempre”, manifestó Anthony Kiedis, vocalista y líder de la banda, frente a 21 mil asistentes antes de abandonar el entarimado. Sin embargo, fue Flea -el bajista- el primero en declarar su amor a tierra azteca: “Muchas gracias México y mucho amor siempre. Un gran, gran, gran corazón por ustedes siempre, siempre”, dijo en español; para continuar en inglés: “I love your fucking country! Lo amo tanto. Me siento muy agradecido y honrado por tener la oportunidad de sentir mucho amor y amabilidad de su parte. Muchas gracias por recibirnos todos estos años”.

Apenas 20 minutos antes, la melodía proveniente de un saxofón había indicado el arranque del show, parte de la gira The Getaway; pero temas como Around The World – durante la cual la muralla de luces suspendida del techo se precipitó por primera vez sobre la audiencia formando una pendiente, lo que arrancó gritos de júbilo desde las gradas-, Snow (Hey Oh), Scar Tissue y Dark Necessities – acompañada de coloridos cubos en la pantalla del escenario y los brincos y saltos de Michael Balzary “Flea” y Kiedis – desbordaron los ánimos del público.

Después de la declaración amorosa, The Adventures of Rain Dance Maggie provocó un oleaje luminoso en el techo, que se apresuró hacia los brazos en alto de una multitud que, desde la pista, no dejó de corear una sola línea en toda la noche.

 

 

Llegaron Factory of Faith, Blood Sugar Sex Magic -celebrada con palmas y en la que se unió Sony Bañuelos, en el bajo-, y Go Robot -en la que Kiedis lució su torso desnudo-. Después, Flea y el guitarrista Josh Klinghoffer, desde el centro del escenario, dieron una muestra de su pericia en sus instrumentos.

Californication permitió que la instalación luminosa – que en ocasiones daba un efecto de velas flotando sobre una foro rebosante- volviera a robar la atención formando diversas figuras en tonos rojos y azules, y que la energía, derrochada desde el escenario por la banda, contagiara e invadiera cada rincón del inmueble y se transformara en gritos y saltos que acompañaron los temas Tell me baby, Encore y Higher Ground.

El remanso llegó con Under The Bridge, cuando las luces de decenas de celulares se sumaron a aquellas que, desde el techo, formaron ondas azuladas, con origen en las pantallas del entarimado y casi diluidas a mitad del venue. Siguió By The Way y la declaración del Anthony al país.

 

 

Entonces, las imágenes de rescatistas -entre ellos la famosa labrador “Frida”- y voluntarios, así como de víctimas rescatadas de los escombros y otras de puños en alto alusivas al sismo del 19 de septiembre, fueron mezcladas con varias de los asistentes al primero de dos conciertos que la banda californiana ofrece en el país, algunos portando mantas o pancartas, otros con banderas de México; y fue en ese momento, que los miles se unieron en un solo grito:
“¡México!”

En minutos, la banda volvió para interpretar Goodbye Angels y Give It Away, en donde la muralla de luces formó el símbolo del infinito sobre la audiencia. “Muchas Gracias”, dijo Kiedis como despedida. 

“Mucha paz y amor, México. Muchas gracias. I love you truly, truly. Muy sincero. Buenas noches”, secundó Flea, quien fue correspondido con una ovación. Por su parte, Chad Smith, el baterista, lanzó baquetas a la audiencia, tomó el micrófono y dio por finalizada la velada: “Mexico City, muchas gracias. ¡Genial!”

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