Muse ofreció un directo que además era la única oportunidad de ver este año en España al trío de Devon, que con un gran despliegue tecnológico y musical llevaron al éxtasis a los más de 50.000 seguidores de la iconoclasta banda de rock.
El estadio Vicente Calderón se preparaba para acoger una de las fechas marcadas con letras mayúsculas en el calendario musical de 2010. Tras su paso por Madrid y Barcelona el pasado noviembre, Muse volvía con un espectáculo renovado para conseguir que el público siga creyendo en el rock diseñado para estadios.
La aparición de Bellamy (guitarra y voz), Dominic Howard (batería) y Chris Wolstenholme (bajo) estuvo acompañada por la histeria de una audiencia enfervorecida que acababa de entrar en trance con “Uprising”, el último gran éxito y bandera de su último trabajo “The Resistance” (2009).
La tecnología estuve muy presente durante toda la actuación. La implicación del público fue total y por expresa petición del batería los móviles y los mecheros alumbraron la oscura “Unintended“.
Para entonces el despliegue visual había sido demoledor. Las plataformas elevaban a los altares del rock a la superbanda británica. Lo que quizás muchos no sabían era la última sorpresa de la noche en forma de platillo volante.
Tras la vanguardista apuesta de Muse era el momento para repasar los lugares más selectos de la discografía de los ingleses. “Take a Bow”, “Plug in Baby” y “Knight of Cydonia” cerraron el repertorio de un grupo que demostró pertenecer, durante más de dos horas, a otra galaxia.
Encuentra más fechas e información de la banda en www.muse.mu