* Un álbum que se alimenta de recuerdos y del murmullo que la propia urbe genera
* Músicos como Graham Coxon, Banda Misteriosa, La Perla, Joe Crepúsculo y otros se unen a Camilo Lara en su serenata a la metrópoli
Como si de un álbum de fotografías se tratara, uno de esos que apenas lo abres y te llenan de recuerdos, pero al mismo tiempo proporcionan nuevos detalles de esos momentos, el nuevo material del Instituto Mexicano del Sonido (IMS) te lleva de la mano en un recorrido por el Distrito Federal, ese que mutó en nombre – y tal vez en apariencia- a Ciudad de México, pero cuya esencia continúa ahí, en los confines de la metrópoli a la que muchos continúan llamando El Defe
La urbe “cambió, como su nombre, llenándose de boutiques y cafeterías que desplazaron a las loncherías y tienditas de barrio. Ahora la llamamos CDMX, quizás para matizar su gentrificación. Esa que aqueja a muchas ciudades en el mundo”, señala el IMS en un comunicado de prensa; empero, en sus calles más alejadas de los grandes complejos de oficinas, los sonidos que la han caracterizado la mantienen más viva que nunca.
Si Chava Flores describió en su clásico Sábado Distrito Federal la forma de vida de los capitalinos, Camilo Lara se apoya en el murmullo que la propia urbe genera, melodías provenientes de los vendedores/compradores, de los fragmentos de canciones que se cuelan por las ventanas de las casas o de las ventanillas de los autos, de los sonideros que en cada calle ven una potencial pista de baile o de la cadencia de las danzas prehispánicas ofrecidas a los dioses desde el centro de la Gran Tenochtitlán, y el vaivén de sus peatones.
El álbum abre con Se compran, una pieza llena de beats que enseguida te traslada, con la memoria, a esas zonas populares en las que la compra/venta de lo usado es como una tradición. Luego una mezcla de cumbia y beats, en automático nos ubica frente al comal, rebosante de fritangas y aceite, del puesto de comida de cualquier esquina, espacios que, en diversas zonas de la ciudad, también son usados para la instalación de altares. La gastronomía mexicana es conocida por su sabor y originalidad, una experiencia llena de símbolos y fervor, y para Camilo, “lo más cercano a Dios es una gordita. Si merezco morir, quiero dos de chicharrón”.
Ahí mismo, en la acera de enfrente, está El Antídoto para el aburrimiento, pues -a través de las bocinas- el sonidero se apodera del ambiente y genera una fiesta. Una propuesta que cuenta con la colaboración de la agrupación colombiana La Perla, el cual “mezcla ritmos para hacer una propuesta única, entre aromas del pasado a bullerengue, a merengue, al Caribe y, por supuesto a cumbia”.
La pieza, cuya inspiración surgió en la colonia Roma durante las sesiones de grabación de lo que sería este álbum y previo a que el mundo viviera una pandemia, antes de las vacunas o el remolino social que ha habido en los últimos meses, “agarró su forma final” tras un viaje de Lara a Botogá, Colombia.
“Diana Sanmiguel rapea como si tuviera el antídoto en ella. Es poderosa e inteligente. Me gusta pensar en la cumbia como un elemento sanador. Juntos, como en un baile sonidero, bailando a un solo ritmo. Buscando el antídoto”, explicó el músico mexicano.
Mientras avanzan los tracks, el rostro más cosmopolita de la metrópoli comienza a surgir con piezas como Vamos, que cuenta con la colaboración del fuego de BIA y Duckwrth; seguida de una pregunta que, seguro, ha invadido a más de uno: “¿Cuántas Américas hay?
“El continente es camaleónico, incluyente, variopinto. Es una tierra de oportunidades, de democracia, de una mezcla de culturas que pareciera infinita. En América puedes encontrar de todo, en cada pedazo de tierra hay una historia que busca ser contada, un legado que puede tener repercusión a nivel mundial”.
Esa visión inclusiva es la que proyecta My America Is Not Your America, en la que participa Graham Coxon, de Blur, en las guitarras y percusiones, quien estuvo en la colonia Roma. “Es un canto a la libertad, a expresar las voluntades de los pueblos unidos y el crisol de identidades”, en tanto que el video refuerza la idea de la diversidad que convive en el continente, de norte a sur, de este a oeste.
El clip fue grabado durante las protestas del movimiento “Black Lives Matter” en Los Ángeles, además de encumbrar lugares icónicos mexicanos como la calle de Madero, el pintoresco y legendario Mercado de Flores de Jamaica y la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, lugar en donde se ven representadas y unidas, precisamente, la cultura prehispánica, la española y el México que derivó de la combinación de ambas dando como resultado el país en el que vivimos hoy en día.
La cadencia de la vida nocturna de la hoy llamada CDMX seduce a los oídos con su Balada de la Aspirina, una pieza que con su mezcla de cumbia y beats te invita a bailar mientras recorres los bares, salones de baile, cantinas del centro de la metrópoli -famosos en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX- hasta llegar a los antros de la Roma, de Coyoacán, del sur o de Polanco, surgidos en pleno siglo XXI.
En seguida, el reto de la sobrevivencia. Ese que hizo a unos llegar a la Gran Tenochtitlán y otros emigrar de ella, o de alguna otra metrópoli. Un tema universal. La esperanza de una vida mejor que implica, en parte de su travesía, cruzar cualquier obstáculo, ya sea construido o natural.
“Cruzando el Río es una canción de migración. Migrar de Juárez a El Paso. De Tanger a Gibraltar. El río Bravo, El Ebro o el Nilo. El río se cruza. No siempre vivo. No siempre es fácil. No siempre por voluntad propia”, detalló Lara en la presentación de esta pieza en la que participa Joe Crepúsculo, un “trovador-tecno”, según la descripción del músico español en su cuenta de Twitter (https://twitter.com/Crepus).
Con este tema, abundó el músico mexicano, “celebramos nuestra amistad y admiración. Trabajamos encerrados en el estudio El Ganzo de Los Cabos, México para darles esta pieza. Joe es un artista, una mente despierta y sobre todo una fuerza creativa. Me siento honrado de tener esta canción junto a él”.
Un melodioso vaivén de Paloma, en la que participa Cuco se convierte en el principio del fin, que en un salto aumenta su velocidad a ritmo de trompetas y tubas, presentes en la re-versión de The Lunatics (original de Fun Boy Three) en la que participa la Banda Misteriosa, y que poco a poco reflejan el frenesí de una metrópoli que no descansa nunca, el hartazgo de las vialidades saturadas de automóviles que se mueven a vuelta de rueda, algo que casi a cualquiera le haría perder la razón, en contraste con el constante ir y venir de la muchedumbre en diversos cruces viales, como el de Eje Central y Madero, donde a veces pareciera que se librará una ‘batalla épica’ o las multitudes que se abren paso o chocan, en una danza sin césar en el subterráneo, en espera de poder abordar el siguiente tren naranja.
Distrito Federal se nutre de la memoria, “de las canciones que escuchábamos de niños” o no tan chicos, “de los lugares que visitábamos, de la comida que disfrutábamos” o lo seguimos haciendo, pero agregando en su preparación pizcas de mundo. “El tiempo no perdona a nadie y, a veces, los lugares que nos hicieron lo que somos cambian por completo”.
Empero, Camilo Lara, entre cumbias y mariachis, baladas, rimas y beats, nos muestra “la geografía de una urbe”, pero no un mapa, sino su “geografía como ente vivo, como una ciudad que si bien ha mutado, se sigue sintiendo viva y con mucho que aportar”. Una metrópoli cuyo rostro, sin duda, también ha sido modificado por la pandemia y el confinamiento.
Un álbum en el que hay “espacio para que los géneros musicales se difuminen y adquieran una corporeidad homogénea, en el que los matices son tantos, que se vuelven algo único”, así como El Defe, una metrópoli, en la que los confines de las diversas culturas que aquí confluyen, conviven, se desdibujan y generan algo nuevo entre sus millones de habitantes.
Para este disco, explicó Lara en uno de los videos, “viajé, trabajé y pasé mucho tiempo con increíbles personajes”. El material fue grabado en México, Colombia, Los Ángeles, Los Cabos y San Francisco. Fueron “cuatro años de hechura. Muchos estudios”. Escúchalo
Por otro lado, Distrito Federal también destaca en lo gráficos, donde el material rinde homenaje a un México que ya se fue a través de los códices, que han sido parte fundamental de la historia del país y hacen. Las gráficas son creación del caricaturista mexicano Urbano Mata.
P.D. El tema Dios, también tiene un Remix, hecho por Uzielito Mix:
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