En este año “creo tienen elecciones generales ¿No es así? Van a elegir nuevo presidente”, expresó el cantante español Enrique Bunbury, desatando los gritos y rechiflas de las 18 mil personas que abarrotaron el Palacio de los Deportes el pasado jueves. “No voy a decir ni una sola palabra”, continuó, “déjenme cantar una canción”.

Entonces soltó En bandeja de plata, tema perteneciente a Expectativas -su más reciente álbum-, y que a la letra dice: “Parece que si hay que elegir dejar en las manos responsabilidad, pudiendo escoger entre dos o tres, preferimos al más subnormal. Nada ocurre por casualidad, no puede un retrasado mental estar al frente de todo”. Casi al final de la pieza, se bajó del escenario, y una ovación lo arropó.

La euforia de los fans había ido ‘in crescendo’ desde que el zaragozano piso el escenario enfundado en un traje blanco y dio la bienvenida: “¡México! Qué maravilla verles las caras de nuevo”, manifestó después de interpretar Supongo.

Continuó con La Ceremonia de la Confusión, La Actitud Correcta, Los Inmortales y Cuna de Caín, todas del mismo disco, lanzado en octubre y motivo de la gira Ex Tour 17-18, con la que el cantante se presentará (https://enriquebunbury.com/default.aspx?s=web) también en Guadalajara, Querétaro, Michoacán, San Luis Potosí, Coahuila, Chihuahua, y el Festival Pa’l Norte en Monterrey, Nuevo León.

 

Enrique Bunbury 2018. Cortesía Ocesa/César Vicuña

Cortesía Ocesa/César Vicuña

 

Los gritos de “¡En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que!” entre pieza y pieza, arrebataron una expresión de entusiasmo al español, quien respondió con El Anzuelo y Parecemos Tontos, cuya estrofa “no conseguirán engañarnos a todos, aunque a veces parecemos tontos”, desató un coro multitudinario.

Así llegaron poco a poco canciones más antiguas: Tesoro -de Los Héroes del Silencio-; El rescate, Despierta, El Hombre delgado que no flaqueará jamás – en la que tocó la guitarra-, Hay muy poca gente y Más alto que nosotros solo el cielo.

Ahora, “vamos a tocar algo de los tiempos prehistóricos”, dijo, e inició Héroe de Leyenda y Mar adentro –de su otrora banda conformada junto a Juan Valdivia, Joaquín Cardiel y Pedro Andreu-. Entre ambos temas fue que se refirió a la elección de julio, pero atajó: “Parece ser que hay una ley que impide que los extranjeros nos pronunciamos en asuntos nacionales. No voy a decir ni una sola palabra”.

 

Enrique Bunbury 2018. Cortesía Ocesa/César Vicuña

Cortesía Ocesa/César Vicuña

 

En ese instante, las luces de celular encendieron las gradas, mientras las notas de De Todo el Mundo inundaban el inmueble; y el zaragozano aprovechó para presentar a su banda “Los Santos Inocentes” – Álvaro Suite (guitarra), Jordí Mena (guitarra), Robert Castellano (bajo y contrabajo), Jorge Rebenaque (piano, acordeón), Ramón Gacias (batería); Quino Béjar (percusión) y Santi del Campo (saxofón).

“A todos ustedes, muchas gracias por acompañarnos”, dijo Bunbury a su público, antes de iniciar Maldito Duende, tema en el que volvió a bajar del entarimado para convivir con sus fanáticos. Al concluir, desapareció en la penumbra.

Entonces, miles de pies, sincronizados al grito “¡En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que, En-ri-que!”, golpearon el piso del inmueble para acelerar la vuelta del músico a escena. La banda volvió para interpretar De Mayor y El extranjero, con la que el público estalló de júbilo y le acompañó siempre en los coros, Infinito, Si y Lady Blue.

“Ha sido un placer. No se olviden de nosotros”, expresó Bunbury antes de despedirse, pero una ovación ininterrumpida y los continuos gritos de “¡Otra, otra!” le impidieron abandonar el proscenio sin antes interpretar La Constante, en la que, otra vez, las luces de celular volvieron a iluminar el domo de cobre.

 

Enrique Bunbury 2018. Cortesía Ocesa/César Vicuña

Cortesía Ocesa/César Vicuña

 

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