* La banda lo volvió a hacer: ¡Subió a un fan al escenario para tocar con ellos!
* Para finalizar, interpretaron un tema fuera del setlist que pidió el público
Rutilante, el Foro Sol se volvió una mar parsimoniosa. Desde lo alto, las cascadas luminosas desembocaron en la pista mientras las voces se elevaron al infinito. “¡Danos tu luz, por favor!”, pidió Brandon Flowers y la multitud respondió con luces de celular en lo alto. “Esta canción está dedicada para aquella persona en tu vida que te dé luz”, dijo a modo de introducción de Dustland, una pieza inspirada en su mamá, que sirvió como remanso a la euforia que The Killers desató desde antes de aparecer aquella noche en el entarimado.
Unos cañonazos de confeti anunciaron la llegada de los de Las Vegas, quienes de inmediato iniciaron con My Own Soul’s Warning de su más reciente disco Pressure Machine, y en la que la exclamación de Flowers –“¡Mexico City!”, desató los gritos de un público sediento de espectáculos tras casi dos años sin conciertos, y que, decidió casi susurrar Exitlude, como para tomar aire y corear a todo pulmón When You Were Young.
Entonces, Brandon Flowers exclamó -en español-: “Damas y Caballeros, hermanos y hermanas. ¡Chilangos, estamos vivos!” La euforia se desbordó y el baile, los brincos, los coros multitudinarios, las ovaciones y los brazos en alto para sostener teléfonos de todo tamaño para grabar -ya fueran unos segundos o todo- el show no menguaron ni un segundo de las casi dos horas en las que la banda lanzó hit tras hit, con sus nuevas obras entremezcladas.
Así aparecieron temas como In The Car Outside, Smile Like You Mean It, Shot At The Night, BlowBack -en la que el vocalista presentó al grupo: “We’re The Killers!”, también formado por Ronnie Vannucci Jr. en la batería, Mark Stoermer en el bajo y Dave Keuning en la guitarra; y que esta vez estuvo acompañado por tres mujeres en los coros- y Somebody Told Me, que preparó el terreno para, tal vez, el momento más álgido de la noche.
De pronto, tocando la guitarra en un puente entre canción y canción, Brandon y Dave aparecieron en las pantallas cono si estuvieran platicando. El primero no dejaba de sonreír. Así sonaron las primeras notas de For Reasons Unknown. “Muchos letreros de personas que quieren/piden tocar la batería”, explicó Flowers. “Es difícil. ¿Cómo eliges? ¿El que tenga el letrero más grande?” preguntó a sus compañeros de grupo. “Hay muchos letreros ahí, pero este es el más creativo. ¡Oh, Dios mío!”, expresó. “Este chico tiene una playera de The Killers. Déjame ver su playera. Traigan a ese chico”, dijo Flowers. Y mientras el elegido se acercaba al entarimado, Ronnie Vannucci Jr. bajó de su plataforma.
De pronto, en la pantalla apareció un joven, con playera negra, pero sin el logo de The Killers y el vocalista dijo que “No, no, no. El de la playera negra”, decía Flowers apuntando con el dedo. “¿Dónde está? Aquí viene, déjenle subir. ¡Apúrate!”, apremió el cantante, quien no dejaba de sonreír, mientras, otra vez, las pantallas proyectaban a otro joven tratando de llegar hasta el frente, en medio de la gente, y luego brincando la barrera de seguridad. El público no paraba de gritar y Brandon levantó el pulgar. Había elegido y además, con sudadera de The Killers.
Por fin sobre el escenario, mientras Ronnie Vannicci Jr. le entregaba las baquetas, Flowers presentó a “¡Roberto de la Ciudad de México!” El publicó lo aceptó con entusiasmo y coreó su nombre: “¡Ro-beeeeeertooooooo!, ¡Ro-beeeeeertooooooo!, ¡Ro-beeeeeertooooooo!” y Brandon entonó: “I pack my case, I check my fase, I look a little bit older, I look a little bit colder…” entonces, sonó la batería y, dirigida por el vocalista, la audiencia siguió el ritmo con las palmas, preparando el momento… “For Reasons Unknown…”
Roberto pasó la prueba de inmediato. El público estalló en júbilo y se volcó a acompañar al vocalista en su interpretación; a aplaudir cada vez que aparecía el joven baterista en pantalla, quien sonriente, hasta cantaba desde su asiento; y a gritar su nombre en medio de las estrofas: “¡Ro-beeeeeertooooooo!, ¡Ro-beeeeeertooooooo!, ¡Ro-beeeeeertooooooo!”
Al final, Roberto se llevó una foto con Vannucci y Flowers, las baquetas y una ovación de miles que lo arroparon en su travesía en el escenario de la Magdalena Mixhuca. Y entonces, llegó Dustland, que convirtió al inmueble en un océano fulgurante, que incluso la banda describió en su cuenta de Facebook como “¡Ciudad de México! ¡Ciudad de la Luz! Una para los libros (“Mexico City! Ciudad de la luz! One for the books)”.
Después, continuaron los hits: Spaceman, Shadowplay -el cover a Joy Division-, Just Another Girl, Runaways, Read My Mind, Dying Breed y All These Things That I’ve Done -que fue acompañada del coro multitudinario: “I got soul but I’m not a soldier”–, además de Caution, antes de hacer una salida en falso.
En cuestión de minutos volvieron para interpretar Human y Mr. Brightside -que inició de manera acústica-. Antes de finalizar, Flowers preguntó a la multitud si quería otra y cuál sería, por lo que concluyeron su show con Jenny Was a Friend Of Mine.
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