Desde que apareció sobre el escenario, el músico/actor hizo suyo el inmueble, no sólo con blues, jazz, tango, música brasileña y también mexicana, sino que hechizó con su baile, saltos e improvisados y divertidos comentarios a los halagos y declaraciones de amor que le prodigaron las mujeres a lo largo del show, el cual inició con “Iko Iko”.
Acompañado por los músicos Elizabeth Lea (trombón), Vincent Henry (saxofón y armónica), Jay Bellarose (batería), David Piltch (Bajo) y Patrick Warren (teclados/acordeón), Laurie agradeció al público por acudir a escuchar “viejas canciones” con las que creó una atmósfera festiva, ya fuera tocando el piano –en “Let The Good Times Roll”, “Evenin’”, “Buona Sera”- o compartiendo las voces con Gaby Moreno (Guatemala) y Jean McClain (Estados Unidos), quienes desde su primera interpretación –“What Kinf Of Man Are You”, de Ray Charles- cautivaron al público.
Sin embargo, fue la combinación de una de las versiones en español del tango “El Choclo” con la letra en inglés escrita por Louis Armstrong bajo el título “Kiss Of Fire”, cantada por Laurie y Moreno, lo que desató la primera ovación de la noche, en la que no dejaron pasar la oportunidad de mostrar sus pasos de baile. Después llegó “Junco Partner”.
“¡I love you, cabrón!” gritó una chica, que se sumó a frases como “¡Papacito!” y “¡Sexy!” que desde el inicio del concierto dejaron escapar algunas de las féminas. “Primero vamos por un café” o “Envíame un mensaje de texto” fueron las respuestas de Laurie –de visible buen humor- para sus fanáticas.
El también escritor se dio tiempo de brindar con sus músicos de apoyo, a quienes agradeció y reconoció como la mejor banda del mundo, tras interpretar “Send Me To The ‘Electric Chair”, “You Don’t Know My Mind” y “Weed Smoker’s Dream”. “Podría ser tequila, pero es whisky. Tenemos que rehidratar a la banda”, ironizó, para luego desear lo mejor a la Selección Mexicana de Fútbol en el Mundial: “Buena suerte en Brasil”.
Después del breve receso cantó “Lazy River” al lado de Piltch y Henry; y luego aparecieron en cascada temas como “Didn’t It Rain”, “St. James Infirmary”, “My Journey To The Sky” –interpretada por Moreno y McClain- “Wild Honey” y “I Hate A Man Like You”.
“Me encanta esta canción. Claro que sería extraño venir y tocar alguna que no te guste”, dijo Laurie como introducción a “I Wish I Knew How It Would Feel To Be Free” –famosa en la voz de Nina Simone-, seguida de “Such A Night”.
“¡Tienen que bailar!”, gritó mientras arrancaba “Green Green Rocky Road”, tema que combinó con un breve fragmento de “La Bamba”, y que levantó a la audiencia de sus asientos. Así abandonó Laurie el escenario por primera vez en la noche.
A su regreso, portaba una camiseta de la Selección Nacional Mexicana de Fútbol, y la banda inició la canción brasileña “Más que nada”, y continuó con “You Can’t Never Tell”, en la que la trombonista Elizabeth Lea combinó un fragmento de “Cielito Lindo”, haciendo vibrar a la audiencia, de la que se despidieron Laurie y la banda con una sonrisa, para volver casi en seguida.
Fue entonces que el público entonó “Las Mañanitas”. El otrora Dr. House, visiblemente sorprendido, se incorporó del piano, recorrió el escenario y declaró que fue uno de los mejores regalos que haya tenido; y de vuelta al piano tocó “Changes” para, ahora sí, abandonar el Coloso de Reforma.
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