La base de gran parte de los coordinados fueron los pantalones pitillo con dos telas, una para la {mosimage}entrepierna y otra para el exterior. Ahí se mostrarón piel, lana y luréx, cuyos complementos fueron cierres expuestos y pequeñas aletas en la parte trasera de la pantorrilla, que marcaron el nombre de su colección, Oceánica.
Se mostraron de igual forma suéteres ligeros que iban desde toreras con cuellos, que hacían de bufandas hasta los vestidos en capas asimétricas con ribetes de cadenas plásticas cubiertas de tela, combinados con minivestidos tubulares con drapeados y superposición de telas.
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Una colección aburrida, sin sentido ni nivel para lo que el Mercedes representa, pantalones pavorosos y sólo tres prendas que destacaron por su brillante trabajo, pero jamás suficiente para sacar a la diseñadora del abismo donde la temporada se atascó tras lo ya mostrado al inicio.
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