La
banda salió al escenario, donde se habían colocado diversas veladoras formando
una herradura, para interpretar “El Aparato”, tema que abre su segundo
álbum, el cual es considerado su mejor material de estudio y ahora “disco de
culto”, pero que “en México, cuando salió, (a) la gente no le gustó”, aunque en Chile,
Colombia y Venezuela fue diferente, explica ‘Joselo’ Rangel (guitarrista) en la
cinta “Seguir Siendo”, el primer filme de Café Tacvba.
En el concierto Rubén
recordó con su peinado -dos ‘chonguitos’ rematados en una larga trenza- a
“Cosme”, su personaje dos décadas atrás y, aunque al inicio portó un saco con luces intermitentes, enseguida lo cambió por un mandil rojo,
para advertir a “La Ingrata”: “no me digas que me quieres, que me amas, que me
extrañas, que ya no te creo nada”, pieza hoy considerada un ‘clásico’ de la
banda y que sirvió para encender los ánimos.
El
delantal desapareció, pero el baile, más acompasado, se siguió de filo con “El
Ciclón”, mientras que con “El Borrego” -de sonido punk-, ‘Meme’ (tecladista) se
apoderó del escenario. Entonces, Rubén criticó el uso de los celulares y deseó
a sus seguidores “momentos de soledad para que puedan pensar, reflexionar y
recordar sus sueños” para iniciar “Esa Noche”.
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“Todo el tiempo nos traen en chinga, si no es trabajando,
es comprando, produciendo o consumiendo algo. ¿Si o no? Tomando fotografías o
haciendo videos. O viendo un concierto a través de la pinche pantalla”, agregó
el vocalista antes de cantar “24 Horas”, tema con el que sacó sus mejores pasos
de baile y una gran selección de brincos. Así, el cuarteto llegó a “Ixtepec”.
La
variedad de ritmos de otros géneros que fusiona Café Tacvba también la proyectó
de forma sutil en su indumentaria para esta celebración. El cuarteto y sus
músicos acompañantes usaron cascos de minero para interpretar “Trópico de
Cáncer” y, aprovechando la explosión de euforia que dejó “El Metro”,
sorprendieron a los asistentes con sus trajes con adornos de flequillos, tipo norteño,
en colores fluorecentes y desataron el jolgorio, aunque contenido por lo
reducido del espacio, con “El Fin de la Infancia”.
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“Madrugal”, “Pez/Verde”, “La Negrita” y
“Tlatoani del Barrio” sirvieron para recobrar un poco el aliento, antes de que el
público, en éxtasis, se consagrara a la banda con “Las Flores”: brincaron,
cantaron, gritaron; y tras el regocijo, Rubén expresó: “¡Muchachos! Una buena
energía (la) que se genera esta noche. Podríamos redireccionarla, mandarla a quien
pudiera estarla necesitando. En especial a nuestros 43 compañeros de
Ayotzinapa. También acompañamos en su dolor a sus familias. Mandamos un buen
pensamiento para todos ellos.
Es
“una situación muy grave la que vivimos nosotros. Un crimen de Estado terrible,
que no nos confundan. No es suficiente con gritar y aplaudir en un concierto. El exterior vive en nosotros mismos y nosotros mismos tenemos que desmantelar este sistema opresor, represor… Pedimos por todos los
estudiantes, por todos los jóvenes, por todos los niños de este país para que estén
a salvo y que no corran peligro”, agregó e inició “La Pinta”.