Claro, lo primero que te viene a la mente es la lentitud de tu Internet y que es mucha pérdida de tiempo tratar de hacer que funcione, situaciones que generalmente te ponen al borde de la desesperación.        

Creo que esto es lo que suele pasar: decides ver por fin la película “Zombies recontraatacan, Parte 10”, conectas tu pantalla LCD a la Internet y comienzas la descarga de ésta, tu cinta favorita, mediante Netflix; preparas la botana, te acomodas en tu sillón y comienza la función. Te impresionan los efectos especiales, estás metidísimo en la trama, quitas al gato de tus piernas porque no quieres que ni su ronroneo te interrumpa, llega justo el momento de mayor acción –cuando los zombies están atacando a los personajes principales- y de pronto ¡pegas un grito de terror!.. pero no es por la película, el motivo real es que tu hermana conectó su consola de juego portátil a la red, provocando que la imagen en tu pantalla se quedara congelada. Le ruegas y suplicas que por favor se conecte más tarde y se niega, pues está muy divertida jugando con sus amigos. 

Tratas de mantener el control e imploras al “santísimo de la Internet” que, por favor, funcione perfecto para los dos. Tus súplicas han sido escuchadas: la película retoma su curso normal, tomas tus palomitas y hasta abrazas de felicidad a la persona que te provocó un colapso nervioso –tu hermana-; la historia se pone más emocionante,  por fin llegará el gran cierre en donde el héroe intenta salvar a la bella chica y … ¡¿Qué?!, ¡¿qué pasa?!, ¡¿otra vez congelada la imagen?! Volteas a ver a tu hermana con ojos de zombie furioso y te dice que ya casi ni estaba jugando, que no es culpa suya. En eso, en el cuarto de estudio, escuchas un siniestro ruido, temblando –de coraje- te asomas y confirmas que la silueta villana es tu papá. Está conectado a la red desde su laptop y además está imprimiendo una cantidad impresionante de documentos, llega a tu memoria aquel día en el que llegó radiante del trabajo diciéndote: “a partir de hoy compartiremos más tiempo juntos, en mi empleo llegamos a la conclusión que es mejor trabajar desde casa – Home Office -“. Y así es como termina la mejor cinta de terror, en la que tú eres el personaje principal de la historia y no pudiste salvarte de los “zombies come Internet”.

No dejes que esto te vuelva a pasar: ¡cambia la historia! Como todo héroe tiene un poder especial que lo saca avante, para ti también existe una solución que te hará el gran vencedor: el poderoso Router E-4200 de Linksys, con el que los villanos serán parte del pasado. 

Ahora lo único que tendrás que hacer es ir a tu tienda departamental favorita, comprar tu súper router, llegar a casa, tomar prestada la computadora de papá por unos minutos y seguir estos sencillos pasos:

Obtén el ruteador Linksys que más se ajuste a tus necesidades:
1.   Por ejemplo: el router E-4200 te brinda una la velocidad de transferencia de datos de entre 300 y 450 Mbps inigualable, siendo ideal para transmitir contenido HD y compartir archivos con una rapidez impresionante,
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2.  
Abre la caja y conecta tu router al equipo que te dio tu proveedor de Internet.
3.  
Inserta el CD en la computadora y déjate llevar por las sencillas instrucciones de instalación, lo cual te tomará apenas unos minutos,
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4.  
Prepárate a vivir una experiencia personalizada como jamás lo imaginaste, conectando a tu red Wi-Fi un sinfín de dispositivos, compártela con tu familia y …
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5.   Por último, disfruta de la tecnología Cisco-Linksys y lo mejor: sin que tu red colapse.

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