* “Escuche a su gente, presidente”, fue su mensaje para López Obrador
* Criticó a EPN por otorgar distinción a Jared Kushner
El murmullo de las olas de mar inundan cada rincón del Palacio de los Deportes y lejos de sumergir a los miles de escuchas en una especie de relajación, les eleva la adrenalina y la ansiedad en espera del festín audiovisual que está a punto de hacer sucumbir casi todos sus sentidos bajo la batuta del músico británico Roger Waters.
El periplo por los sonidos del rock progresivo compuesto por Pink Floyd, su otrora banda, y en continua actualización desde que el bajista inició su carrera en solitario, aderezado por visuales psicodélicos e imágenes llenas de mensajes sociales y de protesta envuelve por poco más de dos horas a los más de 14 mil 500 asistentes -según datos de la empresa promotora- dispuestos a disfrutar de dosis de buena música no solo provenientes del Lado Obscuro De La Luna, también del otro lado de El Muro.
Con la luna/tierra por testigo, proyectada en una mega pantalla, inició el recorrido sonoro con Speak To Me/Breathe, que pronto convirtió el eco “¡eo, eoooo!”, que soltaban algunos aventados emulando a Freddie Mercury en Live Aid, y los silbidos ansiosos del preámbulo en exclamaciones de sorpresa que derivaron en el grito multitudinario de “¡Roger, Roger, Roger!”
Al tiempo, los tonos rojos -que inician como una puesta de sol y se distorsionan como si se tratara de una explosión- dilataron las pupilas y se reprodujeron en cientos de pantallitas (de los celulares), mientras el poderoso bajo de Waters colmó el inmueble con las notas de One Of These Days. Imágenes de jeringas, supermercados, prisiones, detenidos esposados, entre otras, desfilaron en la pantalla que hizo llegar la figura del artista y su banda a todos los rincones del Domo de Cobre.
La única frase que tiene ese tema unió a las miles de gargantas en una sola voz y desató el júbilo en la audiencia, que ya se dejaba llevar por lo que veía/escuchaba -e inspiró a muchos a tocar la guitarra o la batería “de aire”, a mover los brazos cual director de orquesta-, y que ya no dio tregua, pues de inmediato los relojes en la pantalla se sucedieron uno a otro y en su prisa se distorsionan hasta lo imposible -el intro de Time– para recordarnos que el tiempo vuela y “los minutos que mataste hoy, de pronto se convirtieron en la década que dejaste atrás”. Los temas entrelazados solo dejaron lugar para la ovación. Era el momento de los hits.
Desde la bóveda celeste a la “Resistencia”
“Valió la pena la espera”, exclamó un fan ya entrado en la década de los 60, enfundado en una playera con la mundialmente famosa portada de The Dark Side Of The Moon. “¡Se escucha perfecto! Hace dos años, en el Foro Sol, no se oía tan potente”, dijo mientras presionaba el botón rojo de la cámara del celular.
En medio del éxtasis y del universo, pues desde el escenario se proyectó la bóveda celeste repleta de estrellas, llega The Great Gig In The Sky. En ese momento, los teléfonos comenzaron a registrar uno de los temas “más esperados. ¡Uno de mis favoritos!”, exclamó aquel fanático, quien en cuestión de segundos quedó absorto, como transportado a otra dimensión, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
De repente, temas más mundanos acapararon la pantalla con canciones como Welcome To The Machine, que fue acompañada de los dibujos del artista Gerald Scarfe; Déjà Vú, en el que se proyectan imágenes de dos vehículos destrozados por un bombardeo y niños huyendo de zonas atacadas; The Last Refugee, en la que aparece una mujer bailando y acariciando una muñeca de tela que encontró en la playa; y Picture That, piezas del más reciente álbum del bajista y que recuerdan a los asistentes las batallas que cientos libran a diario, ya sea bélicas o de sobrevivencia.
Entonces, un vuelco al ánimo. El lamento por la ausencia convertido en un alarido de euforia multitudinario: Ojalá estuvieras aquí; recodando Los Días Más Felices de Nuestras vidas y retando al sistema: “no necesitamos educación, no necesitamos control de pensamiento…”, bajo el liderazgo del canto de una docena de niños, que apareció en el entarimado, primero encapuchados y después en vestimenta negra, con la palabra “Resist”, a la que aludió Waters tras recorrer el escenario y advertir: en minutos “continuamos con la resistencia”.
Así llego una pausa sonora, pero no visual. Los conciertos del músico británico también son para leer. Aquellos que decidieron esperar en su asiento iniciaron un recorrido por una decena de mensajes, desde el llamado a Mark Zuckerber, creador de Facebook, para que “resista la censura en Internet. (Zuckerberg) Puedes ser nuestro hermano o ser el Gran Hermano ¡pero no ambos!”; hasta rebelarse contra el antisemitismo, la discriminación, el neofascismo, la unión Iglesia-Estado, la guerra en Irán y el intento de silenciar a Julian Assange.
También a resistir a ciertos líderes políticos como “Trump y Bolton en EU”, “Le Pen en Francia”, “Farage en el Reino Unido”, “Putin en Rusia”, “Bolsonaro en Brasil”, “Assad en Siria”, a la oligarquía global, a las fuerzas policiacas militarizadas -la cual desató una ovación durante el tercer show en el Domo de Cobre-.
“Fuck the pigs!”
Las sirenas indicaron que el show debía continuar. Entonces, el escenario se tiñó de rojo y diversas pantallas se desplegaron a mitad del foro para proyectar la imagen de la estación eléctrica Battersea Power Station, que ilustra la portada del disco Animals, mientras los Perros se escucharon de fondo.
Todos los músicos, con máscaras de cerdos, prepararon el ambiente para que Waters encarara al público, mientras levantaba una pancarta en la que se leyó “Pigs rule the world”, y el abucheo no se hizo esperar. Tras descubrirse el rostro, mostró otra manta con la frase “Fuck The Pigs!” y en el inmueble retumbó Pigs (Three Different Ones), en la que la sátira al presidente de Estados Unidos es la constante. La leyenda “Trump es un cerdo”, que aparece en la pantalla, fue celebrada con palmas, rechiflas, mentadas de madre.
El flujo de Dinero dio continuidad al periplo sonoro, que incluyó una parada con Us And Them -donde aparece la leyenda “Black Lives Matter”- y Smell The Roses. Todo preparado para el éxtasis en Brain Damage y llegar al clímax con el Eclipse, donde el prisma luce en todo su esplendor y, bajo su cobijo, el músico británico criticó -durante su primera noche en México- al presidente saliente Enrique Peña Nieto, y dirigió unas palabras al Ejecutivo Federal entrante Andrés Manuel López Obrador.
Con reacciones emocionales opuestas en ambos casos, el ánimo exacerbado dio pie a temas como Broken Bones, de su álbum Is This The Life We Really Want?, la noche del miércoles; Mother, el jueves, y The Gunner’s Dream la noche el sábado. El final llegó con Comfortably Numb, una pieza que provocó un coro ensordecedor las tres noches en el inmueble de la Magdalena Mixhuca y en la que casi al final, el ex Pink Floyd descendió del entarimado -jueves y sábado- para saludar a los fanáticos de primera fila.
Las críticas y mensajes en México
La noche del miércoles, Roger Waters trataba de hacer un espacio para su voz en medio de los cánticos “¡oe, oe, oe!” de los fanáticos, mientras se tocaba el pecho, cerca del corazón, con el puño derecho cerrado, en señal de agradecimiento. “Hacen que se sienta todo el amor de México y es conmovedor”, expresó. Empero, apenas escuchó el nombre de Jared Kushner, yerno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en voz del británico, el grito ensordecedor se convirtió en abucheo y rechiflidos.
“Estoy decepcionado, pero no sorprendido de que, quien será pronto su ex presidente (EPN) dará su máximo reconocimiento a un extranjero. ¡Al pendejo de Kushner! ¿Qué pasa contigo?”, exclamó en referencia a la entrega de la Orden del Águila Azteca al asesor del magnate.
Caso contrario ocurrió el sábado, cuando le dirigió unas palabras al nuevo Jefe del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador: “Haga un buen trabajo” dijo en inglés, para después soltar en español: “Escuche a su gente, presidente. No como Peña Nieto, quien no lo hizo”. De inmediato, los fanáticos aplaudieron y el británico deseó “mucha suerte” al tabasqueño para concluir,
Roger Waters continuará de gira por territorio mexicano esta semana, pues tiene programadas presentaciones con su show Us + Them el 4 y 5 de diciembre en la Arena VFG en Guadalajara, Jalisco, y el 8 y 9 en la Arena Monterrey, en la capital de Nuevo León.
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