* Sus cálculos fueron fundamentales para lograr el alunizaje del Apolo XI

 

“Le encantaba contar cosas. Nació con un amor por las matemáticas. A una edad temprana, estaba ansiosa por ir a la escuela” y cuando finalmente pudo asistir, “se destacó tanto que a los 10 años estaba en la secundaria, y a los 15 ¡había comenzado la universidad!”. Así era Katherine Johnson, la mujer afroamericana que trabajó como “computadora humana” en la National Aeronautics and Space Administration (NASA, por sus siglas en ingles), quien contribuyó a lanzar con éxito a un estadounidense en órbita alrededor de la Tierra, así como para llevar al Apolo XI a la Luna.

“En una época en que las minorías tenían muy pocos trabajos en matemáticas y ciencias, Johnson fue pionera”, destaca la NASA en su cibersitio oficial. Nacida en White Sulphur Springs, en Virginia Occidental, en 1918, se sumergió en el programa de matemáticas del West Virginia State Collage, donde su profesor, el Doctor William W. Schiefflin Claytor, reconoció “su mente brillante e inquisitiva e incluso creó una clase sobre la geometría del espacio exterior solo para ella. A los 18 se graduó de la universidad con notas muy altas y títulos en matemáticas y francés”. Sin embargo, en esa época -en la que Estados Unidos todavía estaba segregado y en la que rara vez los afroamericanos podían tener trabajos de matemáticas y ciencias, además de que era muy inusual que las mujeres de cualquier raza tuvieran esos títulos-, solo podía trabajar como maestra. Lo cual hizo.

Fue hasta 1953, cuando tenía 34 años, que solicitó empleo en el Comité Asesor Nacional de Aeronáutica (NACA), agencia que después se convirtió en la NASA, donde le dieron un puesto como “computadora humana”, es decir, eran quienes hacían los cálculos matemáticos para los ingenieros que estaban trabajando en el programa espacial. Sin embargo, abunda el sitio de la agencia espacial estadounidense en Internet, ella se distinguió porque hacía preguntas. “No quería simplemente hacer el trabajo, quería saber los ‘cómo’ y los por qué, y luego los por qué no’”.

“A las mujeres no se les permitía asistir a reuniones con ingenieros y científicos varones. Johnson quería acudir a ellas para aprender más sobre los proyectos”, y lo logró. “Con el tiempo fue reconocida como líder y los hombres confiaron cada vez más en ella para obtener las respuestas que necesitaban”.

Cuando el NACA se convirtió en la NASA, Katherine Johnson pasó a ser parte del equipo espacial, en el que comenzó a “calcular la ruta de vuelo, o trayectoria, del cohete que llevó al primer estadounidense –Alan Shepard– al espacio en 1961. Los ingenieros sabían cuándo y dónde querían que aterrizara la cápsula espacial, pero la parte difícil”, detalló la agencia, “era calcular cuándo y dónde tendría que lanzarse el cohete. ¡Johnson lo descubrió!”

“’Usted me dice cuándo y dónde quiere que aterrice [la nave], y yo le diré dónde, cuándo y cómo lanzarla’, dijo una vez la científica”, según información difundida por UNAM Global.

 

Así, en 1962, sus cálculos ayudaron a poner al primer astronauta de EU en órbita alrededor de la Tierra. Su nombre era John Glenn. Según la plataforma universitaria, el encargado de la misión expresó: “’Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para ir’”.

Ese mismo año, pero en septiembre, el presidente John F. Kennedy lanzó el reto de enviar un hombre a la Luna. Los cálculos matemáticos para cumplir el encargo eran similares a poner a un hombre en órbita, pero la misión era mayor, pues incluía una tripulación de tres astronautas que se lanzarían desde la Tierra al satélite, además, dos de ellos aterrizarían y después, los tres volverían al planeta.

“Johnson trabajó con el equipo de la NASA para averiguar dónde y cuándo era necesario lanzar el cohete para ponerlo en el camino correcto para aterrizar en la Luna. Una vez más, sus cálculos fueron fundamentales”, detalla la NASA, para que el Apolo XI alunizara, Neil Armstrong caminara sobre la Luna el 20 de julio de 1969, al lado de Edwin E. Aldrin Jr., conocido como Buzz, y que regresaran sanos y salvos, junto a Michael Collins, a la Tierra cuatro días después.

Katherine se retiró de la NASA en 1986 y su aportación a la carrera espacial de Estados Unidos fue reconocida en 2015, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le entregó la Medalla Presidencial a la Libertad, detalla UNAM Global.

“En la ceremonia, el mandatario proclamó: ‘Katherine Johnson rechazó verse limitada por lo que esperaba la sociedad de ella por su sexo y raza mientras expandía los límites de la humanidad’.”

 

Un año después, la Universidad de West Virginia y la Universidad Estatal de West Virginia le otorgaron doctorados honorarios en ciencias; mientras que en 2018 la NASA le dedicó un edificio en su honor en su sede en Virginia.

Katherine Johnson falleció el 24 de febrero de 2020 en Newport News, Virginia Occidental, en Estados Unidos. Tenía 101 años. Su trabajo, su legado y la doble discriminación que esta científica “sufrió durante décadas por ser mujer y afroamericana” quedaron plasmados en la cinta Hidden Figures (2016), en la que actriz Taraji P. Henson la personifica.

* Fuentes: NASA y UNAM Global

 

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