* La cinta logró colarse en el “top ten” de la taquilla
“Esperemos que les haya gustado el ‘chou’. Ahí se chingan un bolillito pa’l susto”, dice el ‘Cagalera’, un payasito de microbús que junto a su amigo el ‘Moloteco’, termina su miniespectáculo de comedia, con asalto incluido, en una de las unidades de transporte público que a diario recorren las vialidades de la Ciudad de México. Y casi en un acto de magia, ambos desaparecen entre las calles de la gran metrópoli con botín en mano y sueños en la cabeza.
Los dos adolescentes, oriundos de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, cometen pequeños robos para conseguir algo de dinero debido, principalmente, a que se hallan sumidos en el abandono y la pobreza; además, uno de ellos debe sobrevivir a un ambiente de violencia intrafamiliar, pues su padre lo golpea y maltrata emocionalmente, así como a su madre y hermanos.
En medio de ese mundo hostil y agobiante, ambos jóvenes aspiran a dejar atrás su pueblo, mejorar su porvenir, su calidad de vida, vivir junto a Sugheili -el interés romántico de uno de ellos-. Y son esos anhelos los que dirigen al Cagalera y al Moloteco hacia el umbral de una espiral de oscuridades criminales insospechadas, en medio de una sociedad en la que la corrupción parece ser la única constante en ese sendero hacia “un futuro mejor”.
Es así que Chicuarotes, el segundo largometraje de Gael García Bernal, aborda el tema de la criminalidad que nace y prospera en los barrios populares, particularmente en aquellos ubicados en los confines de la Ciudad de México. Pero también refleja la desesperación generada por una realidad violenta, en la que el afán por alejarse de ella a toda costa, obnubila la mente de los involucrados haciendo que con cada acción se hundan más y más, sin siquiera darse cuenta, en un mundo delictivo sin retorno.
Esta intensa tragicomedia, basada en el guión de Augusto Mendoza (Abel, Sr. Pig, El Santos vs la Tetona Mendoza) y rodada casi en su totalidad en la comunidad de San Gregorio Atlapulco, alcaldía Xochimilco, a cuyos habitantes originarios se les conoce como Chicuarotes -que es de donde toma el nombre la cinta- continúa en las salas cinematográficas, luego de que durante su primera semana de exhibición logró “colarse en el top ten” de la taquilla.
El largometraje cuenta con la gran actuación de Benny Emmanuel, quien se hizo acreedor al Ariel -premio otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC)- como Mejor Revelación actoral por su papel en la película De la Infancia de Carlos Carrera; y el extraordinario debut de Gabriel Carbajal, quien interpreta a uno de los protagonistas; además de Leidi Gutiérrez, joven actriz que hizo lo propio en Las Elegidas, de David Pablos.
Además, el filme cuenta con una serie de histriones de primer nivel: Dolores Heredia, Enoc Leaño y Daniel Giménez Cacho, quien interpreta a un criminal y matón local.
Cabe resaltar que Chicuarotes fue estrenada a nivel internacional en el marco de la edición número 72 del Festival de Cannes celebrado del 14 al 25 de mayo de 2019, y tuvo una participación destacada en la reciente edición del Festival Internacional de Cine de Shangai, donde fue nominada a Mejor Película.