“¡Aguanta
Gabriel, aguanta!” es el grito de uno de los asistentes -dirigido al líder de
la banda argentina- que se mezcla y luego se intercala con el coro “¡ooooh, oh,
oh, oh!”, convertido casi en un himno, con el que las 65 mil gargantas, que
abarrotaron el Foro Sol el pasado jueves, claman el
regreso de sus ídolos.
Falta
el encore y lo saben, pero aprovechan ese breve receso tras una veintena de
canciones y una constante lluvia de vasos de cerveza –con y sin líquido-, para
dejarse escuchar: quieren más, más baile, más música, más ‘Cadillacs‘ celebrando su 30 aniversario para que la fiesta, que
inició dos horas antes con “El Genio del Dub”, no termine aún.
Por
ello, se intensifica el coro del tema “Yo no me sentaría a tu mesa” y no se
desvanece aunque el show ya haya terminado. Los afónicos fans llenaron con él
las pausas que los argentinos hicieron entre cada uno de sus ‘clásicos’, y continúan
cantándolo, convirtiéndolo en eco mientras inician la odisea para salir del
inmueble, ya sea en el puente peatonal sobre avenida Churubusco, al pie del
acceso a la estación del Metro (Ciudad Deportiva) o entre el constante sonido
del claxon de los automóviles que circulan por Río de la Piedad.
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“Gracias por esta noche única para nosotros.
De corazón esperamos que pasen un buen momento”, dijo Vicentico, vocalista del
grupo, antes de interpretar “Hoy Lloré Canción”, que sirvió como una breve
pausa al ánimo exaltado con el que sus seguidores, jóvenes y adultos, siempre responden
a la banda bonaerense.
El
inicio fue arrebatador. Los grupos “La Vida Bohème” y “Tokyo Ska Paradise
Orchestra” habían dejado el ambiente listo para los argentinos. Apenas sonaron
las primeras notas de “Mi Novia Se Cayó En Un Pozo Ciego” y el foro de la
Magdalena Mixhuca se cimbró al ritmo de los presentes. Vicentico, Sergio Rotman
y Flavio Cianciarulo brincan y bailan en el entarimado, mientras una bandera de
México, otra de Argentina y una manta con saludos a Los Cadillacs se agitan entre los miles en la pista del recinto.
“La Luz del Ritmo” y “Demasiada Presión” sólo
ayudan a disparar la energía en todas direcciones transformándola en baile, que
baja un poco la intensidad con piezas como “Gallo Rojo” –la cual recuerda a
Ernesto ‘Che Guevara’- y “Destino de Paria”, ambas del disco “El León”, su sexto
material de estudio editado en 1992.
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Entonces,
“Manuel Santillán, ‘El León’” hace acto de presencia en esa noche y logra, casi
de inmediato, fundir a todos en una sola voz -“Van al mar, van al mar”-; tras lo
cual la concurrencia cedió y se dejó llevar al compás marcado por los
argentinos, como en “Piazzola”, “Sábato”, durante el cual se proyectó un video en el que aparece el autor de “Sobre Héroes y Tumbas”, y “Calaveras y Diablitos”, en la que Vicentico dirige a su
gusto al enorme coro que tiene enfrente.
El
músico lo mismo pide aumentar o bajar la intensidad del canto, que les arranca gritos de
júbilo. A todo acceden los cientos de seguidores y lo arropan con sus voces. Gabriel
Fernández, nombre real del vocalista, padeció “laringitis y fiebre” hace unas
semanas, por lo que canceló su gira que realizaría en solitario por nuestro país exactamente
un mes antes de congregar, junto con su banda, a miles en el oriente de la
ciudad de México y por ello se escuchan los gritos “¡Aguanta Gabriel!” entre el
público de la zona platino.
Los Fabulosos Cadillacs van soltando grandes
dosis de rock y ska, que a lo largo de tres décadas los han convertido en “toda
una leyenda del rock latinoamericano”, así apenas suenan las notas de “Vos
sabés”, se unen Astor Cianciarulo y Florian Fernández Capello -los hijos de Sr. Flavio y Vicentico, respectivamente- tocando
el bajo y la guitarra. También apoyan a la banda en “Saco Azul” y “Revolution
Rock” –de The Clash-, pero sólo los primeros van “Siguiendo La Luna”, acompañados únicamente de las luces de cientos de celulares que desde las gradas forman cascadas luminosas que desembocan en la pista y se agitan en un vaivén parsimonioso hacia el escenario.
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“Los
Condenaditos” se hacen presentes–‘Muerto, muerto, muerto || Mira te están
velando || Son todos tus amigos || Todos tus recuerdos olvidados’-; y después “el
silencio se ‘convirtió’ en carnaval || Carnaval toda la vida y una noche junto
a vos || Si no hay galope se nos para el corazón”.
Manos
arriba al ritmo de las trompetas y el saxofón, que con los celulares en alto dan
seguimiento puntual a “Mal Bicho”: Flavio recorre el escenario en patineta y
Vicentico lograr “silenciar” por un momento al Foro Sol. Pide que “apaguen” los teléfonos, mientras la adrenalina
aumenta para desahogarse con el grito de que “A la guerra, a la violencia, a la
injusticia y tu codicia, digo No!”; y se desborda por completo con “Matador”.
Los Cadillacs se marcharon. La gira La Música Salvará al Mundo, que toma
su nombre de su nuevo sencillo y que inició en Chile en mayo pasado, está a
punto de concluir. Los fans lo saben y se apretujan buscando un mejor lugar
para ser testigos del breve retorno de los argentinos. “Los cadillacs tocando
para vos, los cadillacs tocando para vos”, repite una y otra vez un grupo de jóvenes
mientras sostienen sus vasos de cerveza en lo alto.
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De
pronto, en medio de la lluvia de vasos en la pista, surge un enmascarado al
estilo ‘Blue Demon’, que brinca y se contonea mientras se escucha la parte más
rápida de “Te Tiraré del Altar” y “El Satánico Doctor Cadillac”, pero sólo se
detiene y revela su identidad cuando “Yo No Me Sentaría En Tu Mesa” ha
terminado, se prenden las luces y el eco “¡ooooh, oh, oh, oh!” comienza a dispersarse
en los alrededores de la Ciudad Deportiva por muchos minutos más.
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