La tarde del último domingo de marzo, 31 Minutos convirtió uno de sus sueños en realidad: pisó el escenario del Auditorio Nacional desde donde hizo vibrar, cantar, bailar y batir palmas a una audiencia, integrada por niños, pero también por muchos adultos, incluso desde antes de que levantara el telón. “Este es, sin duda, el mejor show de la historia de 31 minutos. ¡Gracias México!”, expresó emocionado Tulio Triviño Tufillo como remate a un concierto en el que el público le brindó una ovación de pie al equipo que da vida a los famosos títeres oriundos de Chile.

La expectativa por el regreso de todo el equipo del Noticiario más veraz de la televisión al país era tal que desde media hora antes de que arrancara el espectáculo, los mensajes – ¡Raaaaadiooo Guaripooooloooo!”, ¡Guaripolo Discoteeeeeeeeeeeeque!”- y la música ambiente provenientes del sonido del inmueble arrancaban gritos de entusiasmo entre el público. En ese espacio, La Corchetis fue la encargada de calentar los motores con su interpretación de Primavera, la pieza hecha junto a UNICEF como parte de una campaña sobre Covid-19, estrenada hace dos años, en el marco del confinamiento mundial. Así, mientras unos buscaban sus asientos, otros, los más puntuales, agitaban los brazos en su butaca y entonaban las canciones que salían de las bocinas.

31 Minutos

31 Minutos y su espectáculo ‘Yo Nunca Vi Televisión’ en el Auditorio Nacional, el 27 de marzo de 2022. Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

Segundos antes de las siete de la tarde, la oscuridad reveló el fervor de los fanáticos de 31 minutos mediante varitas de luz agitadas con frenesí, diademas con orejas luminosas, luces de celular, dispositivos listos para captar imágenes y video de los famosos de la tv, que apenas aparecieron en el estudio – Tulio y Juanín Juan Harry– arrancaron gritos de euforia como si de rockstars se tratara.

Cabe recordar que el éxito de los personajes de tela ha sido tan abrumador que han logrado algo que ningún otro artista ha hecho: presentarse los dos días que comprenden el festival Vive Latino, lo que ocurrió en su vigésima primera edición, que fue la última de ese encuentro musical previo a la pandemia, pero también realizada en las vísperas del confinamiento mundial a causa del SARS-CoV-2.

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Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

El inicio del Noticierio más veraz de la Televisión estuvo lleno de contratiempos, pues no sólo Tulio, sino Juan Carlos Bodoque y Patana Tufillo se desmayaron al enterarse de “la noticia más noticiosa de las noticias” que debían dar ante las cámaras: un lanzamiento al espacio que provoca la invasión a la tierra de parte de los silurios, pues, como recordaron los personajes, el noticiero trae a sus hogares las mejores informaciones ¡Y las peores también!, y el distractor ante tales acontecimientos fue La desgracia ajena, pues sí algo es noticia no hay dolor, si algo es noticia es lo mejor.

Así, mientras los títeres arreglaban el “pequeño desperfecto técnico”, el público se entretiene cantando Rin Raja, y junto a los Hermanos Guarennes entonan Tangananica, Tangananá y detrás viene Coágula Espátulo con su tema Drácula, Calígula, Tarántula -con su breve homenaje a El Resplandor de Stanley Kubric– que desataron la primera ovación de la tarde y que contribuyó para volver en sí a los protagonistas del noticiario.

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Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

Poco más de una veintena de temas dieron vida al noticiario más famoso entre chicos y grandes, donde se dieron pormenores que tuvieron como protagonistas a Pepe Lota, quien fue acompañado con palmas y un coro multitudinario mientras cantaba/contaba su historia: Señora, devuélvame la pelota o si no, no sé lo que haré; al Perro Johnny Choapino, que interpretó Perro Chico, y permitió conocer el Doggy Style que arrancó al ritmo de Fur Elise, de Ludwig van Beethoven-.

Al término, la audiencia, que dio un rating de ocho mil almas, se enteró que había ocurrido el primer “eclipse de pizza” y que el planeta Siluris quedó cubierto de queso y anchoas, mientras Cucho Lambretta hizo un llamado al público: “Ríe, ríe, aunque tengas pena”. El entusiasmo invadió al oso, que saltó del estudio noticioso al frente del Auditorio Nacional desde donde coordinó las palmas y terminó, exhausto, acostado sobre el proscenio.

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Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

En el desfile de temas también  aparecieron La señora interesante, Diente Blanco No Te Vayas, Mundo Interior, La Regla Primordial -en la que el público se unió en los coros al grito de “mil veces más fuerte” de Retrete Navarrete-, y un breve remanso con Lala, pero entre los números musicales el Capitán C-lurio amenaza con conquistar y esclavizar la Tierra, algo que rechaza Juanín, por lo que Calcetín con Rombos Man -quien desató una ovación apenas apareció en el entarimado- busca evitarlo, porque “todo niño y niña tiene derecho a no ser esclavizado por otro planeta ni por nadie más”- y se enfrenta a los invasores en una especie de videojuego, pero al perder se va a “Europa, a evitar la tercera guerra mundial”.

En tanto, La Corchetis nos cuenta la historia de Norberto y Raquel, que Iban juntos en la lista del famoso cuarto C, Y es por eso que en pareja todo tenían que hacer. Son pololos, son pololos, les decían los demás. Son pololos, son pololos, Y se tienen que besar. Enseguida Freddy Turbina irrumpió en el escenario a ritmo de Thunderstruck de AC/DC, acompañado de una banda entre cuyos integrantes estaba Slash, para dar a conocer su Equilibrio Espiritual.

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Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

Sin embargo, en cuestión de minutos el Capitán C-Lurio conquistó la Tierra al llegar al #1 del ranking de popularidad luego de convertir al inmueble de Reforma en una gran discoteca y exigir a la audiencia dejarse llevar por su Ritmo Sideral.

Tras la hazaña de Policarpo de impedir “una invasión extraterrestre”, los personajes de 31 Minutos festejaron a lo grande en el escenario con Bailan Sin César, y al grito de la audiencia de “¡otra, otra, otra!” llegó Flor Bovina para contar/cantar Mi Muñeca Me Hablóen la que la producción dejó ver a la banda de músicos que interpreta los temas del Noticierio más veraz de la Televisión-, Arwrarwrirwrarwro y, ante el llamado multitudinario de “¡Anacleto!, ¡Anacleto!, ¡Anacleto!”, el famoso dinosaurio hizo su aparición, que fue arropada con luces de celular y una ovación al declarar que se convirtió “en Chilango”.

31 Minutos

Foto cortesía Ocesa / José Jorge Carreón

 

Sin embargo, fue Tulio Triviño quien se encargó de avisar que el final estaba muy cerca, pues Yo Nunca Vi Televisión, en cuyo colofón lanzaron confeti, mientras los músicos y manejadores de títeres tomaban el frente del escenario para agradecer el entusiasmo de un público que no paró de corear todas las piezas.

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