* El “Festival Rock y Ruedas” fue el primero de mĂșsica en MĂ©xico

 

* Alrededor de 300 mil jóvenes acudieron; después, el rock fue marginado

 

* En su 50 aniversario, es tiempo de que “se reivindique” y que se posicione como un evento cultural, social, musical trascendente en el país

 

Era “la primera vez que Ă­bamos a tener un magno evento de rock en MĂ©xico. El entusiasmo fue avasallador entre todos los jĂłvenes, (quienes decĂ­an) ‘sĂ­ va a haber un festival, ÂĄpues vĂĄmonos!”, recuerda Federico Rubli, quien asistiĂł al Festival de AvĂĄndaro, el cual “fue un hito y un parteaguas significativo en la historia del rock mexicano, no sĂłlo como evento musical, sino por su trascendencia como fenĂłmeno social 
 (pero) que a lo largo de los años fue denostado, condenado y difamado”. Ese evento juvenil, que este año cumpliĂł su 50 aniversario, “prometĂ­a ser un evento Ășnico, como realmente lo fue”.

Hace medio siglo, en un sitio llamado AvĂĄndaro, ubicado en el Estado de MĂ©xico, miles de jĂłvenes mexicanos – alrededor de 300 mil- acudieron al llamado del Dios del rock para escuchar la propuesta de 11 bandas con ‘ecos de la onda chicana’ -de 12 anunciadas- que se presentaron la tarde-noche del 11 y madrugada del 12 de septiembre de 1971 en el denominado FestivalRock y Ruedas en AvĂĄndaro, cuya propuesta original incluĂ­a una carrera de autos, la cual nunca ocurriĂł debido a la afluencia de pĂșblico.

A muchos, la realización del llamado Woodstock mexicano y la descripción de lo que ahí ocurrió -en sus diferentes versiones- les ha llegado de a poco, por menciones que se hacen cada año en la prensa o por foros llevados a cabo para celebrar la ocasión. Los mås curiosos han acudido a la hemeroteca, y otros mås buscan bibliografía sobre el tema que, al igual que material gråfico, no hay mucho, pero aquí te proponemos Yo estuve en Avåndaro, un libro/testimonio sobre este episodio de la historia del rock en México.

Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro

El Festival Rock y Ruedas “e convirtiĂł en el primer evento multitudinario de su tipo en MĂ©xico y contĂł con una gran presencia de pĂșblico joven”, abunda la SecretarĂ­a de Cultura a travĂ©s de su cuenta en Twitter. Foto Pedro Meyer, tomada de dicha red social @cultura_mx

 

Érase una vez que…

Si bien “el evento fue sĂĄbado y domingo, la verdad es que nos fuimos el viernes temprano. Desde el momento en que agarramos la carretera de la Ciudad de MĂ©xico a Toluca, me sorprendiĂł muchĂ­simo la cantidad de automĂłviles y camiones, los jĂłvenes encima de los techos de los camiones, yendo a AvĂĄndaro. ÂĄY muchĂ­sima gente a pie! ÂĄImagĂ­nate!”, compartiĂł Federico Rubli en entrevista con Entertainment SG.

“La combinaciĂłn de una carrera automovilĂ­stica con mĂșsica de rock se antojaba algo extraña, sobre todo por los diferentes pĂșblicos que atraerĂ­a el festival. Las carreras tradicionalmente se enfocaban hacia jĂłvenes de clase econĂłmica elevada
 A ellos el hecho de que se acompañaran con rock interpretado por mĂșsicos del momento les parecĂ­a un buen complemento para divertirse, pero prescindible.

“En cambio, para la gran masa roquera la oportunidad de tener un Woodstock en MĂ©xico era lo realmente relevante. Muchos asistentes quizĂĄ ni se enteraron de que se llevarĂ­a a cabo una carrera automovilĂ­stica despuĂ©s del concierto”, como fue el caso de Rubli, quien habĂ­a decidiĂł regresar a la capital mexicana apenas terminado el festival, segĂșn narra en el libro antes mencionado del que es co-autor. Cabe resaltar que el costo del boleto “fue irrisoriamente bajo: una tarifa fija de 25 pesos de aquel entonces para todo el evento de dos dĂ­as”.

Fueron los acordes de guitarra de Armando Nava “el preĂĄmbulo de las rolas roquerĂ­simas que interpretaron Los Dug Dug’s”, quienes abrieron el encuentro musical que durĂł hasta la mañana del domingo, cuando “emanaba del ya familiar entarimado elevado el rock-blues del Ășltimo grupo: el cuarteto de Alex Lora, agrupado con el nombre Three Souls In My Mind. Fueron unos dignos clausuradores del festival”, abunda en la obra, que incluye las fotografĂ­as de la afamada fotĂłgrafa Graciela Iturbide.

Todo ocurriĂł en “un total ambiente de hermandad, de paz, de amor”, explicĂł Rubli durante la entrevista quiĂ©n en ese tiempo, con 17 años, se desempeñaba como reportero para el semanario de rock MĂ©xico Canta. “No importaban las clases sociales ni las clases econĂłmicas. No hubo riñas, robos o problemas ni faltas de respeto hacia las chicas. No hubo absolutamente nada de eso, sino que fue un ambiente en donde todo se compartĂ­a: la comida, las tiendas de campaña, las cobijas, los impermeables, porque lloviĂł durante toda la noche del viernes.

“La verdad, fue una sana convivencia, como yo creo que no se volviĂł a dar ya nunca mĂĄs en nuestro paĂ­s. Pienso que hoy dĂ­a, desafortunadamente habrĂ­a que aceptarlo, una reuniĂłn de 300 mil jĂłvenes de todos los estratos sociales y econĂłmicos, dudo mucho que pudiera ser pacĂ­fica, como la que tuvimos hace 50 años”, señalĂł.

Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro

MĂșsicos en el Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro. Foto Gabriela Iturbide, tomada de www.facebook.com/SecretariaCulturaMx

 

Tergiversación, denostación, censura y
 el silencio

Sin embargo, “las autoridades quisieron hacer aparentar, a todos los medios y la sociedad, que Ă©ste habĂ­a sido un aquelarre de la juventud, totalmente desorganizado, desordenado, sexo, drogas y rock and roll”. Y “no tardamos muchos en darnos cuenta que se estaba tergiversando la realidad”.

A las pocas horas de que concluyó el festival, ya en la ciudad de Toluca, “lo primero de lo que nos percatamos, en los periódicos vespertinos, (eran) unos grandes encabezados totalmente escandalosos: ‘Una gran orgía en Avándaro’, ‘Sexo, Drogas y Avándaro’. Mis amigos y yo nos quedamos viendo y dijimos: ‘oye, ¿será que venimos del mismo lugar?’ Porque esto no nos checa. Conforme pasaron los días, me fui dando cuenta, con los reportes de prensa, de que la intención era desprestigiar al festival y, con ello, a las reuniones de jóvenes y al rock”.

A ello se sumĂł la censura en la prensa en torno al encuentro. “VivĂ­ esa censura”, abundĂł Rubli. “LlegĂł un momento en que el editor de la revista me dijo: ‘¿Sabes quĂ©? Ya no quiero que escribas sobre rock mexicano, ni sobre AvĂĄndaro, porque me hablaron de la SecretarĂ­a de GobernaciĂłn y me dijeron que ya no escribieras sobre eso’, y agregĂł: ‘Mira, hay mucho rock britĂĄnico, gringo, mejor reporta ese tipo de grupos y de mĂșsica’. Fue un momento de veto que tambiĂ©n me alcanzĂł y asĂ­ fueron los siguientes años. Hasta el 76 fue una lucha constante, porque el rock, si bien no desapareciĂł, se fue a la periferia, a lo que fueron los hoyos funkies, y pese a esa marginalidad y semiclandestinidad, siguiĂł desarrollĂĄndose”. Empero, en ese año Rubli decidiĂł tomar “un descanso en eso del rock” y dedicarse de lleno a su carrera de EconomĂ­a.

“Tuvieron que pasar mĂĄs de tres dĂ©cadas para que yo me preguntara, con mĂĄs ecuanimidad y viĂ©ndolo con mĂĄs frialdad, ÂżcuĂĄl fue realmente la razĂłn que propiciĂł que la clase gobernante de ese entonces sobre reaccionara de esta manera hasta hacer una campaña de censura, represiĂłn y prohibiciĂłn del rock mexicano por tanto tiempo? Porque fue un daño realmente muy profundo para el desarrollo mĂșsico-social y cultural del rock nacional, pues fue una censura que durĂł mĂĄs de diez, doce años”.

“Fue mĂĄs o menos como por el año 2005, 2008, en el que me hice esa pregunta y considerĂ© que ‘si yo fui testigo y vivĂ­ eso, a lo mejor tengo algo que aportar sobre todo ello’”.

Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro

El Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro Foto Graciela Iturbide, cortesĂ­a Editorial Trilce

 

“No hay documento que diga ‘Prohíbase el rock’, pero
”

Por ello, explicĂł Rubli, no sĂłlo se trataba de contar su historia, sino hacerlo “de la manera mĂĄs objetiva posible, con bases, con elementos, y mĂĄs que nada, para rescatar este episodio histĂłrico que habĂ­a caĂ­do en tal descrĂ©dito, pues considero que estos 50 años son realmente propicios para reintegrar a la memoria histĂłrica cultural del paĂ­s este episodio en su justa dimensiĂłn, en lo que realmente fue y no en lo que nos hicieron pensar que fue”.

La investigaciĂłn iniciĂł “con algunos reportes que habĂ­a” sobre el concierto, entrevistĂł a mĂșsicos y amigos que acudieron a ese concierto; sin embargo, considerĂł que “‘una reacciĂłn tan fuerte por parte de las autoridades necesariamente tuvo que involucrar una decisiĂłn de tipo polĂ­tico que se generĂł en las mĂĄs altas esferas del poder’.

“Obviamente tenĂ­amos que señalar a la SecretarĂ­a de GobernaciĂłn y, en particular, a su titular, que en esa Ă©poca era Mario Moya Palencia”, abundĂł al explicar que tenĂ­a en mente que los “agentes de la DirecciĂłn Federal de Seguridad y los de GobernaciĂłn estuvieron monitoreando lo que iba sucediendo en el festival’”, idea que lo motivĂł a acudir al Archivo General de la NaciĂłn y que pudo “comprobar una vez que tuve acceso a todos esos documentos” de ambas dependencias.

“EncontrĂ© evidencia de que se habĂ­a armado una conjetura desde la esfera de poder del (entonces) secretario de GobernaciĂłn, bĂĄsicamente con dos fines. Uno de ellos era “evitar que hubiera concentraciones masivas de jĂłvenes propiciadas por el rock. Lo que mĂĄs les alterĂł de AvĂĄndaro fue ver que 300 mil jĂłvenes estaban reunidos en un ambiente de paz, libertad y de expresiĂłn libre; y que quizĂĄ esto podrĂ­a propiciar que empezaran a tener ideas contrarias al rĂ©gimen, contestatarias, cuestionar al gobierno, el cual, en esa Ă©poca, lo que querĂ­a era controlar todo” incluidas las expresiones juveniles.

“Desde luego no encontrĂ© ninguna evidencia directa, obvio no hay un oficio que diga ‘prohĂ­base el rock”, pero todos los indicios que fui descubriendo en los archivos apuntan a que esa fue una hipĂłtesis que podrĂ­a haber sido bastante plausible”, abundĂł en la entrevista.

Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro

El Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro Foto Graciela Iturbide, cortesĂ­a Editorial Trilce

 

Yo estuve en Avåndaro
 y ella también

Además de la crónica del concierto, el libro Yo estuve en Avándaro incluye la experiencia de Rubli al acudir al Archivo General de la Nación, un prólogo del productor de televisión y musical Luis de Llano Macedo, uno de los organizadores del festival, así como imágenes de las “primeras noticias” y columnas que sobre el encuentro publicaron diversos periódicos.

TambiĂ©n encuentras el episodio de la chica que se quitĂł la playera y su busto quedĂł expuesto -lo que “fue un escĂĄndalo (despuĂ©s), tomaron fotos y, desafortunadamente ese material tambiĂ©n se usĂł en toda esa campaña de desprestigio para decir: ‘vean, vean, aquĂ­ estĂĄ la prueba de la degeneraciĂłn que propiciĂł AvĂĄndaro’”- y que luego dio pie a otra anĂ©cdota: “hubo un periodista sin escrĂșpulos que inventĂł, despuĂ©s de que se realizĂł el festival, una supuesta entrevista a esta chica.

“Los que estĂĄbamos en el medio en ese entonces sabĂ­amos que esto era una fabricaciĂłn. Sin embargo, son de esos mitos que se van quedando en libros”, y que, dijo Rubli, Ă©l derrumbĂł con la revisiĂłn que hizo a los archivos de la DFS. pues no sĂłlo encontrĂł el nombre verdadero de la joven, sino que ademĂĄs, compartiĂł, en un oficio la autoridad solicita localizarla “’porque necesitamos saber si profesa ideas contrarias al rĂ©gimen’”.

Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro

El Festival Rock y Ruedas de AvĂĄndaro Foto Graciela Iturbide, tomada de www.facebook.com/SecretariaCulturaMx

 

Yo estuve en Avándaro es la primera obra publicada que retrata lo que ocurrió en el Festival Rock y Ruedas en Avándaro, el cual “se convirtió a nivel comercial y cultural en el punto de referencia de la generación jipiteca, que desde entonces se identificó por su forma de vestir, hablar, laborar”, explica la casa editorial en un comunicado de prensa.

La primera edición de esta obra fue publicada en 2016 y consta de dos tomos, uno con la crónica de Federico Rubli y otro en el que muestran las fotografías de la multipremiada Graciela Iturbide, quien menciona en el libro que “fue a Avándaro con la idea de fotografiar la carrera de autos y que finalmente no se llevó a cabo”, abundó el hoy economista. “Ella misma menciona que ni le gustaba ni sabía realmente lo que era el rock. Empero, fue lo suficientemente cuidadosa para preservar muy bien esos negativos”.

En la reediciĂłn del libro, lanzada en septiembre pasado para conmemorar las cinco dĂ©cadas del festival, se reunieron los dos tomos “en un solo volumen e incluimos una introducciĂłn de Justino CompeĂĄn, uno de los organizadores del festival, en la que narra toda la parte de la articulaciĂłn del encuentro. Creo que era lo que nos faltaba, esa parte inicial, para redondear la historia. Entonces, creo que el libro quedĂł, ahora sĂ­, muy redondo, completo e Ă­ntegro”.

AsĂ­, a cinco dĂ©cadas de la celebraciĂłn del Festival Rock y Ruedas, Federico Rubli considera que este aniversario “es muy propicio para que AvĂĄndaro se reivindique con su mismo pasado, el cual le ha estado persiguiendo durante todo este tiempo con ese estigma de que fue un evento que propiciĂł drogadicciĂłn y desmanes entre los jĂłvenes. Lo mĂĄs importante es tratar de posicionar lo que fue el festival en su justa dimensiĂłn, como un evento cultural, social, musical trascendente de nuestro paĂ­s.

“Es algo que creo que todos deben de conocer y, sobre todo los jóvenes, para que sepan que el día de hoy pueden acudir de la manera más normal, más segura a todos estos grandes eventos, al Vive Latino, al Corona Capital, y a lo mejor creen que esto siempre fue así. Sin embargo, al revisar esta historia se van a dar a cuenta por las que pasaron sus padres y a lo mejor hasta sus abuelos, para luchar contracorriente y para poder gozar del rock ante todas las adversidades que enfrentamos; que es gracias a toda esa lucha de la generación previa, de la generación de Avándaro, que hoy día podemos tener lo que tenemos: un buen rock internacionalizado, y estos eventos totalmente organizados y de la manera más normal posible”, concluyó.

Yo estuve en AvĂĄndaro

Portada del libro ‘Yo estuve en AvĂĄndaro’. Foto cortesĂ­a Editorial Trilce

 

También te recomendamos

📚 LibrĂ­voros | “MĂĄs duro que el cielo”: A 30 años de “Nevermind”

📚  #Librívoros | Las dos Torres de Nueva York 

📚 LibrĂ­voros | La ‘Cara o cruz’ de HernĂĄn CortĂ©s”

LibrĂ­voros | Hemingway y el frente de batalla

📚 Librívoros | Las “Voces de Chernóbil” 

📚 Librívoros | Kurt Cobain y ‘El Club de los 27’

📚 LibrĂ­voros | El ‘Apocalipsis’ segĂșn King

📚 Líbrivoros | Basquiat: Dolor, drogas y amor en NY

📚 Librívoros | La felicidad de David Bowie

📚 Librívoros | La muerte tiene permiso

📚 #Librívoros | Los Corleone y su oferta irresistible

📚 Librívoros | Ray Bradbury, “El Hombre Ilustrado” 

#Librívoros | El ‘realismo sucio’ de Bukowski 

📚 #Librívoros | “El Proceso” de Kafka 

📚 #LibrĂ­voros | El Diario del Año de la Peste 

📚 #Librívoros | “La Peste” en tiempos de cuarentena

📚 #Librívoros | Los libros de Kobe Bryant

📚 #Librívoros | ‘Los Crimencitos impunes’, literatura y futbol

 

Y acerca del Covid-19


Lanzan App y SMS para atender Covid-19

Conoce a “Susana Distancia”

¿Qué es el COVID-19?

¿Qué tenemos que hacer frente al Covid-19?

(Visited 885 times, 1 visits today)